lunes, 13 de abril de 2015

mar caribe y su fauna

La flora del mar Caribe presenta una gran biodiversidad. Se estima que el Caribe tiene 13.000 especies de plantas y que más de 6.500 de éstas son endémicas.[32] Algunas de las plantas que se pueden encontrar son el aceituno que se ubica principalmente en República Dominicana, el caimito que se extiende por toda la región Caribe, el guayacán (flor nacional de Jamaica),[33] la ceiba (árbol nacional de Puerto Rico y Guatemala) y la caoba (árbol nacional de República Dominicana).[34]
Hacia el Sur, entre Panamá y Colombia, las costas del mar Caribe forman parte de uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta, el Chocó biogeográfico.
Fauna acuática del mar Caribe, en Venezuela.
La fauna del Caribe es característica de clima subtropical, principalmente influida por las corrientes marinas calientes, es endémica en un 42% de sus especies.[35] Existen cerca de 450 especies de peces[36] entre las que se pueden mencionar la barracuda, el mero, la morena y diversas familias de caracinos.[35] También se contabilizan 600 especies de aves,[32] 155 de ellas endémicas[37] como las cortacubas (especie endémica y una de las más antiguas del Caribe); la mayoría de las especies de aves son migratorias como el canario del manglar y la garcita verde. De acuerdo con Bidlife International en el 2006 habían 29 especies de aves en peligro de extinción en Cuba y dos oficialmente extintas.[38] Especies de aves como la amazona puertorriqueña, la yacutinga y la paloma sabanera se encuentran en peligro de extinción.
Existen 500 especies de reptiles en el Caribe, de las cuales el 94% son endémicas[32] como la iguana verde y la iguana azul, endémica de la isla Gran Caimán (ambas en peligro de extinción), la iguana de Mona, endémica de la isla de Mona (Puerto Rico), la iguana rinoceronte propia de República Dominicana, y el cocodrilo americano extendido por las islas del Caribe, Centroamérica y el norte de Sudamérica (en peligro de extinción), así como diversas especies de tortugas marinas como la carey.
Existen 170 especies de anfibios endémicos en el Caribe[32] y de acuerdo con el informe de la evaluación anfibia global, en el 2004 más del 80 % de los anfibios estaban amenazados en República Dominicana, Cuba y Jamaica, y el 92 % en Haití.[39] Especies como el coquí dorado se encuentran en grave amenaza de extinción.
Se contabilizan 90 especies de mamíferos en el Caribe,[32] dentro de los mamíferos nativos se pueden mencionar el delfín, el manatí, el almiquí (endémico de las Antillas) y diversas especies de murciélagos, y la ballena jorobada como especie migratoria. Otras especies como la foca monje del Caribe se han extinguido durante los últimos siglos por la acción directa del hombre.[40] En los últimos 1.500 años se extinguieron el 90% de los mamíferos de las Antillas.[37]

 

animales de agua fría

La ballena Franca:


Animales Marinos


Su longitud promedia los 13-15 metros para el macho y alrededor de los 16 metros para la hembra. Nacen con 3 a 5 metros, desde el hocico a la cola. Su peso oscila las 40 toneladas (peso adulto).
Se pueden observar callosidades, que son áreas de piel elevadas de más de 5 cm de grosor aproximadamente, de consistencia córnea, situadas en distintas partes de la cabeza. La distribución, dimensión y forma de los callos varían de una ballena a otra pero no cambian con el crecimiento. Funcionando como huellas dactilares, identifican a cada animal durante toda la vida. Estas callosidades, desarrolladas en la etapa fetal y de color gris oscuro, presentan densas poblaciones de pequeños crustáceos anfípodos llamados ciámidos (piojos de las ballenas) y en algunas ocasiones se intercalan con cirrípedos que hacen que las callosidades luzcan blancas, amarillas, anaranjadas o rosa claro. Normalmente, se reparten a lo largo del margen superior del labio inferior, mandíbula, superficie dorsal del rostro y sobre los ojos. El callo de mayor importancia por su tamaño es el "bonete", ubicado en la punta del hocico.
La ballena franca habita una amplia franja que va de los 20º a los 60º de latitud en los océanos Pacífico norte, Atlántico norte, Atlántico sur, Índico sur y parte del Pacífico sur. Existen dos especies de ballenas francas: la del hemisferio norte y la del hemisferio sur, que no entran en contacto porque no sobrepasan las aguas de la zona ecuatorial. La caza indiscriminada de estos ejemplares la puso en peligro de extinción. Desde el siglo XIX, su población original se redujo hasta en un 90 %. En la actualidad existen aproximadamente 8000 ejemplares. Si bien se las encuentra en el hemisferio y polo sur, las ballenas se reproducen en aguas cálidas durante el invierno.
Debido a que es un animal que nada lento y que flota una vez muerto (a diferencia de otros mamíferos) es muy fácil de cazar, y sumado a que su cuerpo rinde el equivalente a 40 barriles de aceite (7200 litros), se ganó el nombre en inglés Right Whale o sea la ballena correcta para cazar. En su traducción al español se usó la variante léxica de right = franca.
Solo tienen cría cada tres años, promedio que perjudica su protección, que en la actualidad contabiliza solo unos 3.000 individuos, de los cuales el 20% han sido registrados en jurisdicción de Argentina.


Elefante marino del sur:


peces


Uno de los atractivos más difundido de estos animales, es su forma y su gran tamaño. Los machos tienen una probóscis o trompa inflable (rasgo por la que se los asemeja con los elefantes terrestres y que le ha valido su nombre vulgar). Alcanzan hasta 5 metros de longitud y 4.000 kg. de peso, mientras que las hembras llegan a tener 3 metros y 1.000 kg. de peso. Sin embargo el mayor atractivo a nuestra forma de entender, lo constituye su comportamiento social. En diciembre comienzan a volver a la costa a mudar la piel y los pelos y permanecen en promedio 40 días en la costa, otra vez en completo ayuno. En esa época no se distribuyen en harenes, pero si en grupos de machos, hembras o cachorros.
En la península encontramos a los elefantes en dos períodos biológicamente distintos: Un período de reproducción y otro de muda. La época reproductiva, la que provoca la mayor concentración de ejemplares, comienza en el mes de septiembre. A partir de ese momento empiezan a llegar a la costa, primero los machos y luego las hembras agrupándose en harenes de 10 a 100 individuos. Los harenes son dominados por un macho adulto que mantiene reunidas a las hembras y evita la aproximación de otros machos que pretenden aparearse.
En esos días se producen las luchas o los comportamientos intimatorios, donde el ejemplar más poderoso (Macho dominante) hace prevalecer su condición haciendo retirar a los pretendientes hacia la periferia de los harenes (Machos periféricos). A partir de septiembre y luego de un período de gestación de 11 meses, comienzan a nacer las primeras crías que son amamantadas por sus madres durante 20 o 25 días. Luego se produce el "destete", la madre se aleja repentinamente internándose mar adentro. Las crías permanecen en la costa por 6 u 8 semanas más. Hacia noviembre, y terminando el apareamiento, los machos dejan de vigilar los harenes y vuelven al mar igual que las hembras para alimentarse.
Las hembras que llegan a la costa, entre los 5-6 días posteriores a su arribo paren una sola cría. durante la lactancia ayuna y permanece junto al cachorro llegando a perder hasta 10 kg. diarios. La ganancia de peso de la cría depende del tamaño de la madre, aquellos cachorros cuyas madres son grandes de tamaño llegan a pesar casi 40 kg., más que los hijos de madres chicas. Tres semanas después del parto copula, desteta a su cría y regresa al mar para alimentarse.
Los harenes son dominados por un macho, el que generalmente tiene una combinación de edad, fortaleza, tamaño, experiencia y valentía, que le dan la posibilidad de intimidar o pelear con otro machos y ganar ese grupo de hembras. A este macho se lo llama macho dominante, alfa o sultán. Los machos aptos reproductivamente que no son dominantes, se ubican en la periferia del harén, esto es lo que les da el nombre de machos periféricos. Ellos tratan de copular las hembras que quedan "desprotegidas" por el macho dominante, para lo que tienen que apelar a su ingenio, velocidad y valor de modo tal que el macho no los vea o les de tiempo para una cópula exitosa.
En términos evolutivos, todos los animales tratan de tener el mayor éxito reproductivo posible, esto quiere decir que hacen lo que hacen y son como son para dejar la mayor cantidad de descendientes posibles. Esta última sentencia, ayuda a comprender el comportamiento de estos machos y hembras de esta especie poligínica que es el elefante marino (un macho con muchas hembras), pero además explica el comportamiento de otras especies animales con sistemas de reproducción distintos (monógamos, promiscuos, etc.)

animales de aguas cálidas

Toda la tierra que hay sobre los océanos podría caber holgadamente debajo de él; el planeta quedaría totalmente cubierto de agua. El Everest ubicado en la fosa de las Marianas estaría a dos mil metros debajo de la superficie marina. Debajo de los océanos también hay volcanes; el volcán Mauna Kea en una de las islas Hawaianas, mide desde su base más de 10000 metros, siendo entonces la montaña más alta del mundo.
Los mares se formaron junto con el enfriamiento del planeta, cuando el vapor se condensó sobre su superficie; al agua superficial le fue añadida agua que manaba del interior del planeta. En un principio contenía muchas sustancias disueltas: cloro, bromo, yodo, boro y nitrógeno; con el tiempo y el desgaste de las rocas, más sustancias se diluyeron, volviendo los océanos cada vez más salados.
Se sabe que la vida se originó en el planeta hace unos 3500 millones de años por la datación de los fósiles que se han encontrado; todavía viven algunos ejemplares muy antiguos; todos ellos son organismos unicelulares, y representan el primer eslabón de la vida planetaria pues transforman la materia mineral en orgánica. Se los denomina fitoplancton, que en griego significa plantas errantes, tienen multitud de formas (púas, lanzas, enrejados) y suelen estar recubiertas o encerradas en diminutas conchas.
PlanctonJunto a ellas vive el zooplancton, algunos de entre ellos unicelulares pero que no contienen clorofila: comen materia vegetal, y forman parte del reino animal; el zooplancton también incluye a animales más grandes: gusanillos fosforescentes, medusas, cangrejos nadadores e infinidad de pequeños camarones, denominado zooplancton permanente, y las larvas de cangrejo, de estrellas de mar, de gusanos y moluscos, denominados zooplancton temporal. Cada integrante de la masa flotante devora algas o animalillos.
Juntos forman el plancton, un “caldo viviente” errante que es alimento de muchísimos animales mayores. Algunos de ellos sencillamente lo devoran desde el fondo de las aguas no muy profundas, por medio de tentáculos: como las anémonas, de brazos plumosos, o como los percebes; o por medio de filtros en su cuerpo: como las tridacnas y ascidias; pero en el océano profundo los animales que ingieren zooplancton están obligados a ser activos nadadores, sin por ello tener que avanzar rápido; el caldo es tan nutritivo que los planctófagos alcanzan tamaños enormes, como el de la manta o el tiburón peregrino, 6 y 12 m respectivamente; ambos usan un filtro de peines para retener el plancton y hacer correr el agua.
El tiburón peregrino es muy lento, no avanza a más de 5 km. hora, habita aguas frías aunque tiene su equivalente en las aguas cálidas, todavía más grande, llamado tiburón ballena: 18 m de longitud y 40 ton de peso, es el pez más grande que existe; viaja en pequeños grupos, es inofensivo y si se siente molesto huye hacia la profundidad; está siempre acompañado por un escuadrón de pequeños peces que picotean entre sus dientes o comen de sus excrementos. Los tres peces citados son primitivos, pues tienen un esqueleto cartilaginoso y no óseo.
Más o menos en la misma época surgieron los peces óseos, que adquirieron con la novedad algunas ventajas: una vejiga natatoria que les permite alcanzar mayores profundidades y el desarrollo de fuertes aletas pares (pectorales y abdominales) que les permiten maniobrar con mucha mejor destreza. Entre ellos, muchos fueron y son planctófagos, sin llegar nunca a alcanzar los tamaños gigantescos de los primeros pero formando cardúmenes comedores de plancton cuya masa total supera al tiburón ballena y que se mueven como si fuera un sólo individuo (cosmos): anchoas y arenques, los primeros prefiriendo el fitoplancton y los segundos el zooplancton; son cardúmenes que pueden ocupar varios kilómetros de ancho.
CardumenOtros peces óseos se volvieron cazadores, como los tiburones; existen más de 20.000 especies de peces óseos. Mucho tiempo después, algunos animales terrestres volvieron al mar, sobretodo reptiles, como las tortugas, y también aves, como los pingüinos. También algunos mamíferos optaron por vivir en el mar, son los antecesores de los cetáceos, de los cuales actualmente sobreviven dos tipos: los dentados como el cachalote y los delfines, y los barbados, como las ballenas, que compiten junto a los tiburones peregrinos por el zooplancton más rico, el compuesto de krill (elemento más grande del zooplancton).
Otro grupo de mamíferos, con probabilidad emparentados con osos o nutrias, también se cambió al mar: focas, leones marinos y morsas, aunque menos adaptadas al mar, pues conservan aún sus patas posteriores, no paren ni se aparean en el mar y conservan todavía casi el mismo cráneo que sus antecesores. Se supone que viven todavía un período de adaptación que quizás en millones de años los haga completamente marinos; el oso polar está todavía más atrás en su proceso de adaptación, es capaz de cerrar sus fosas nasales, de mantener los ojos abiertos debajo del agua y de permanecer sumergido unos dos minutos, pero el resto es muy parecido al de su pariente terrestre el oso grizzly. Todas las grandes familias terrestres tienen sus representantes en el mar.
Los océanos tienen también variedad de ambientes distintos, que según el autor muestran asombrosos paralelismos con los terrestres. Los arrecifes de coral son comparados con las selvas, pues hay una muy abundante variedad de especies y al igual que en la selva, se debe a las condiciones óptimas por una parte (abundante oxígeno por el golpear de las olas en el arrecife, abundante luz por su proximidad a la superficie y temperatura cálida y constante: requieren que no baje de 16°C) y a la durabilidad de estas condiciones, pues se ha establecido que muchos arrecifes son aún más antiguos que las propias selvas (más de 200 millones de años).